miércoles, 30 de septiembre de 2009

6 minutos y pico



Cortometraje de Andrés Berlanga galardonado con el Premio del Público (Chomón del público) en el VIII Festival de Cine Instantáneo de Córdoba dentro de Eutopía09. Enhorabuena, Andrés.

Sidney, 23 de septiembre de 2009

Esta imagen no está retocada ni es el fruto del trabajo de ningún especialista en efectos especiales de alguna película de catástrofes o de ciencia ficción. La naturaleza supera en muchas ocasiones a nuestra imaginación. La fotografía está tomada en Sidney el pasado 23 de septiembre. Ese día los sydneysiders se levantaron con la que fue una de las tormentas de arena más espectaculares que se recuerdan en Australia. El color rojo lo explica el alto contenido en óxidos de hierro que tienen gran parte de aquellas tierras. Este tipo de fenómenos son bastante frecuentes en este país, pero se suelen quedar en el interior de la isla-continente. Sin embargo, en esta ocasión, llegó a la costa, cosa que parece ser que no se producía desde hacía 70 años. Australia, sobre todo el interior y el sur, lleva 10 años de sequía en sequía, gran parte de la vegetación se ha perdido y ha hecho que la tierra sea mucho más erosionable, por lo que no me extrañaría si estas imágenes comienzan a verse mucho más habitualmente.

Os dejo con un vídeo sobre lo que se pudo ver aquel día:



martes, 22 de septiembre de 2009

La evaporación del tráfico

Imagina que tienes un problema de colesterol. Los estudios médicos, después de investigar, concluyen que no deberías tomar más grasas porque te dará muchas más posibilidades de sufrir un infarto. Con la movilidad pasa lo mismo. Se sabe, después de investigar, que al incremento de las infraestructuras para el tráfico de automóviles se sucede un incremento de este tráfico, que vuelve a saturarlas, produciéndose una creciente espiral que, en gran parte, nos ha llevado al problema que hoy sufrimos.

Sin embargo, al igual que hay estudios médicos que concluyen qué soluciones se pueden implementar para no sufrir un infarto debido al colesterol, existen estudios que nos deberían ayudar a gestionar el problema del tráfico en nuestras ciudades. El más famoso es el que se ha llamado "el estudio de la evaporación del tráfico". Fue encargado por el Department for Transport, Local Government and the Regions (DETR) de Reino Unido en colaboración con London Transport. Se estudiaron 60 lugares en países tan diversos como Reino Unido, Alemania, Suiza, Italia, Holanda, Suecia, Noruega, Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón, donde se había eliminado espacio para los coches, bien por alguna obra o algún desastre natural, o bien porque se había destinado a otro uso como carriles bus o espacios peatonalizados.

Entre otras cosas se pretendía averiguar si funcionaría o no en la práctica la inversa de la regla de la inducción de tráfico por la creación de infraestructuras. ¿Disminuiría el tráfico si se recortaba la capacidad de éstas? ¿O, por el contrario, como muchos pensaban, la congestión se haría insoportable llevando al caos?

La conclusión fue sorprendente. En los casos estudiados se observó una media de más del 20% de reducción del tráfico sobre los datos anteriores a la adopción de las medidas, llegando incluso en algunos casos al 60%. Y hay que aclarar que se computaba no sólo el tráfico que permanecía en la vía con capacidad reducida (en los casos en los que no se había cerrado totalmente), sino también el tráfico que se desplazaba a itinerarios alternativos. El colapso de tráfico, tras unos primeros momentos de transición, volvía siempre a lo que los expertos llaman el nivel de congestión socio-culturalmente aceptado (más elevado en los automovilistas por algunas razones psicológicas como el lazo que les suele unir a su coche). Esto último explica el hecho de que la congestión nunca desaparezca del todo aún cuando existan buenos y baratos transportes colectivos, puesto que los conductores aceptan seguir en los atascos en sus idolatrados vehículos.

Quizás no sea la solución, ni mucho menos la panacea para la movilidad urbana. Pero lo que sí demuestra es que hay otras formas de hacer las cosas. Otras políticas son posibles. Aquellas que al menos no agravan el problema. Pero, ¿haremos caso a los médicos?

Fuentes:
La enfermedad del transporte, de Antonio Estevan.
Traffic Impact of Highway Capacity Reductions: Assessment of the Evidence, de Phil Goodwin, Carmen Hass-Klau y Sally Cairns.

domingo, 20 de septiembre de 2009

BuSevilla, transporte público 2.0

Pasaré por alto el mosqueo que me pillé en las jornadas del pasado jueves sobre el futuro del transporte público en Córdoba enmarcadas en la Semana Europea de la Movilidad. No diré nada de la poca educación de cierto concejal rociero ni comentaré lo bien que lee y lo mal que razona el gerente de Aucorsa. Me quedaré con lo bueno, con lo positivo. Y de entre lo positivo os explicaré un poco de qué iba la última ponencia.


Laura Valverde, de la empresa Beecoder, vino a Córdoba a exponernos el proyecto de BuSevilla.com como un ejemplo de web colaborativa como mejora del servicio a la ciudadanía. En realidad la idea nació en la mente de Miguel Ángel Martínez Triviño mientras trabajaba en su anterior empresa. En su tiempo libre, y sorprendido por el limitado servicio que ofrecía Tussam en su web, se propuso mejorarlo ubicando la información a tiempo real de los autobuses sevillanos en un mapa. El proyecto tomó forma y, junto con dos compañeros, lo presentaron al concurso OpenMovilForum con el nombre de "OhMyBus!".

La cosa no quedó ahí. Miguel Ángel estaba convencido de que una web así podría ser de mucha ayuda a los usuarios del transporte público de Sevilla. El resultado no sólo fue una página que hace uso de una API que tiene Tussam desde la que se obtienen las estimaciones, si no que aglutina también la información sobre carriles bici, el servicio de Sevici (con información de cada una de sus estaciones) y el nuevo metro sevillano. Además incorpora un sistema de alertas al móvil ahora mismo inactivo. Miguel Ángel explica el por qué: "El problema con el sistema de sms es que no son gratis y hemos agotado los bonos anteriores. Así pues como la aplicación no genera ningún beneficio económico estamos buscando otras alternativas de financiación de los sms que no repercuta al usuario final".

Pero, lo más importante de todo, es que se basa en la filosofía 2.0 y, tras registrarte, puedes editar la información para convertirte en prosumidor de la misma. Y cualquier error que se encuentre o funcionalidad que se eche en falta puede hacerse constar en la zona de feedback.

Curiosa, como poco, parece la reacción de los responsables de la empresa de autobuses de Sevilla, que, lejos de encargarles un proyecto de mejora de su web o algo por el estilo, le comentaron que "aunque les gusta la idea y les alegra que exista gente que tome este tipo de iniciativas, prefieren tener todo bajo control y su idea es ir cerrando "el acceso" a los datos". Todo encaja un poco mejor cuando se descubre que, poco a poco, les están copiando el modelo.

Y es que gran parte del futuro del transporte público debe ir por ahí. Espero que en Córdoba no tardemos en darnos cuenta. Estoy seguro de que muchos ayuntamientos demandarán este tipo de servicios muy pronto. Les deseo mucha suerte a Miguel Ángel y sus compañeros.

P.D.: Por cierto, Beecoder también ha desarrollado la página ¿Cojo el paraguas?

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Mejora el Clima de tu Ciudad

Un año más el Ayuntamiento de Córdoba se adhiere a la celebración de la "Semana Europea de la Movilidad" (del 16 al 22 de septiembre) y del "Día Europeo ¡La ciudad sin mi coche!" (22 de septiembre) para trasladar a la ciudadanía la necesidad de concienciar, debatir y plantear cómo nos movemos en nuestra ciudad y su repercusión en nuestra calidad de vida. Pero, un año más, el Ayuntamiento sigue dando palos de ciego en lo que respecta a la política de movilidad.

A proyectos interesantes y en la línea de la defensa de los transportes no motorizados y los transportes públicos, como el futuro sistema de priorización semafórica o la reparación y mejora de algunos tramos de carril bici, les caen encima verdaderas losas como la noticia que aparecía el otro día sobre la próxima subida de las tarifas de algunos servicios, como los autobuses. Es realmente deprimente que a lo primero que un gobierno que se dice de izquierdas quiera meter la tijera cuando vienen tiempos duros sea a lo público. Pero la lógica capitalista de la maximización de los beneficios se extiende desde hace décadas por todas partes.

Dicen que "el planteamiento es que cada vez que un cordobés haga uso de un servicio público pague por él lo mismo -o casi lo mismo- que cuesta, lo que se conoce como tasa de cobertura". Pues bien, creo que pueden coger de la mano a Esperanza Aguirre, que seguro que estaría encantada con ese planteamiento, e irse todos a tomar mucho viento, liberal, por supuesto. Y, si no, les sugeriría que dejen de una vez atrás esa pleistocena visión economicista de la sociedad. No les pido que se lancen a una revolución que implante la economía ecológica, pero no creo que sea muy difícil aplicar sólo unas leves pinceladas de la conservadora economía ambiental. Caerían entonces en la cuenta de que lo que los ciudadanos verdaderamente no pagan lo que realmente cuesta es el transporte privado, al que no se le aplican la mayoría de las externalidades negativas que provoca.

Sea como sea, os invito a participar en los actos de esta semana, con especial atención en dos de ellos. El primero mañana, las II Jornadas - Nueva Cultura de la Movilidad: "Retos actuales y futuros del transporte público en Córdoba". El segundo el viernes, cuando durante todo el día, en la Plaza de la Magdalena, se desarrollará la actividad "En tu plaza o en la mía". Os esperamos.

martes, 8 de septiembre de 2009

Moments

"Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías
mientras aguardan la gran felicidad."
(Pearl S. Buck)

Moments es un corto de Will Hoffman que muestra algunos de esos instantes cotidianos, efímeras alegrías, pequeñas tristezas, de los que están compuestas nuestras vidas. El autor se inspiró en el libro Sum: Forty Tales From The Afterlives, de David Eagleman, neurocientífico y director del Laboratorio para la Percepción y la Acción de la University of Texas Medical School en Houston. Recomiendo que lo veáis en HD.



¿Qué Momentos hubieseis incluido vosotros?

P.D.: Gracias, Musikito.

jueves, 3 de septiembre de 2009

'Para uso personal'

Siguiendo la pista del célebre anuncio de David Meca y la Federación Internacional de las Vibraciones he acabado descubriendo esta imagen, que, a su vez, me ha recordado mi intención de dedicar una entrada a este tipo de artilugios y la historia que esconden. Para empezar remontémonos a los griegos.

En la antigua Grecia se creía que el útero daba vueltas por el cuerpo buscando dónde causar problemas. El médico Hipócrates asoció una sintomatología femenina que incluía desfallecimientos, insomnio, retención de fluidos, pesadez abdominal, espasmos musculares, respiración entrecortada, irritabilidad, pérdida de apetito y “tendencia a causar problemas” a un bloqueo uterino que describió con el nombre de «Histeria», del nombre griego de la matriz (hysteros).

El único tratamiento conocido para este mal era el masaje pélvico, consistente en la estimulación manual de los genitales de la mujer hasta que alcanzara lo que nosotros llamaríamos orgasmo y en aquel contexto denominaban "paroxismo histérico". Durante más de mil años las recetas más habituales eran el coito si la mujer estaba casada, el matrimonio si estaba soltera y el masaje de una comadrona como último recurso. Si el matrimonio no solucionaba el problema, la hípica, las mecedoras y, más adelante, los trenes más inestables también se recetaban como tratamientos alternativos. Pero nunca, nunca, nunca se debía permitir que una mujer se autoestimulase. Ya lo dijo Avicena: “Las mujeres con histeria no deben tocarse: ese es un trabajo para los maridos y los doctores”.

Es decir, cuando ya no había más remedio, el propio marido o padre era el que llevaba a la paciente a su médico, que tenía que remangarse y masajear la zona para "curar" a la pobre mujer enferma. Antiguamente el sexo se veía de forma diferente, mucho más falocéntrico aún, y, se podría decir, que todo lo que no fuese la penetración no se consideraba como práctica sexual. Por tanto, este asunto no era demasiado extraño. A esto hay que unir, como intuiréis, el poco conocimiento del cuerpo de la mujer y de la sexualidad femenina que se tenía en una sociedad tan machista. Quizás por ello los laureados doctores tardaban horas en conseguir que sus pacientes llegaran al paroxismo, con lo que acababan con agujetas en brazos y manos.


Una solución fue la invención de los aparatos para proporcionar masajes. A finales del siglo XVIII ya existían dispositivos de hidroterapia, manguerazos de agua que realizaban la antigua tarea de forma mucho más "eficiente". Con la llegada de la Revolución Industrial estos aparatos comenzaron su carrera para ir diferenciándose de algo parecido a una enorme batidora y pasar a diseñarse en formas cada vez más manejables y cómodas. En la década de 1880 el médico británico Joseph Mortimer Granville inventaba el primer vibrador a baterías.

Todos estos aparatos no sólo facilitaron la labor de los médicos, sino que incluso la suprimieron, puesto que comenzaron a ser de uso habitual en los propios hogares. El americano Hamilton Beach lanzó en 1902 el primer vibrador eléctrico para venta comercial, convirtiendo al vibrador en el quinto aparato doméstico en ser electrificado, bastante antes que la plancha. En la primera mitad del siglo XX el mercado de este tipo de artefactos estaba en alza, y docenas de prototipos fueron patentados, considerándose todavía como aparatos clínicos para proporcionar relax a las mujeres más inquietas y anunciándose como máquinas de masaje antiestrés en revistas y catálogos de costura y de moda. Podéis contemplar varios de estos antiguos vibradores en este Vibrator Museum.

Pero a partir de los años 20, con el surgimiento del cine porno, donde se mostraban mujeres utilizándolo de forma lasciva, el vibrador comenzó a coger mala fama. En 1952 la Asociación Americana de Psiquiatría eliminó oficialmente la histeria femenina de su listado de patologías, al considerarlo un mito sin fundamentos clínicos. Aún así, el consolador se siguió vendiendo de forma "camuflada", con imaginativos y curiosos diseños.


De todas formas nunca más tuvo ya tanta presencia en la vida hogareña femenina. Quedó relegado durante décadas a los sex shops, hasta que a partir de los noventa volvió con fuerza, con nuevos diseños, modernos, ergonómicos y muy muy variados. ¿Será el Vibropower uno de ellos?

miércoles, 2 de septiembre de 2009

El pequeño colibrí

Un día, en el bosque, se desató un gran incendio. Los animales, aterrorizados, observaban impotentes cómo se destruía su hogar. El único activo era el pequeño colibrí, que iba y venía llevando unas gotas de agua con su pico para echarlas sobre el fuego.

El armadillo, cansado de ver los absurdos movimientos del pajarito, le preguntó: "¡Colibrí! ¿Estás loco? ¿No te das cuenta de que eso no va a apagar el fuego?"

El colibrí, sin parar ni un segundo, le contestó: "Ya lo sé. Pero yo hago mi parte."